El Consejo de Educación Inicial y Primaria uruguayo (CEIP) trabaja en un estudio “de costeo” para evaluar las posibilidades financieras existentes en Uruguay de expandir el modelo de escuelas de tiempo completo (7 horas y media) y escuelas de tiempo extendido (7 horas) a las escuelas urbanas de todo el país, explicó Magdalena Cabrera en el diario El Observador, de Montevideo.
De concretarse, el proyecto implicaría pasar del régimen actual de 700 horas a las 1.300 aproximadamente. Una carga horaria que para el director general de Primaria, Héctor Florit resulta ser “el ideal”, si se quiere mejorar la calidad de todo el sistema educativo.
“Uruguay tiene necesariamente que mejorar algunos puntos de su oferta educativa. Tiene que tener más tiempo para enseñar y para aprender”, afirmó Florit en declaraciones a El Observador.
“Hay sistemas educativos en el mundo que son mucho más tradicionales que el nuestro, pero que son mucho más exigentes. Tienen calendarios y cargas horarias extensas. Esto no asegura el aprendizaje, pero es condición necesaria. No se puede pensar que vamos a concentrar el enorme desarrollo científico tecnológico de las últimas décadas y transmitirlo a las nuevas generaciones, si nos quedamos con las 700 horas al año. Realmente es un tiempo muy escaso”, explicó Florit.
Hoy por hoy, el CEIP tiene como principal objetivo llegar a las 900 horas en las escuelas urbanas, una meta que el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) planteó hace 45 años“como un piso ideal para mejorar los aprendizajes”. Sin embargo las autoridades de Primaria son conscientes de que si realmente se quiere hacer un cambio profundo en la educación, la necesidad de extender la carga horaria es mayor. Por esta razón, impulsan la creación de escuelas de tiempo extendido (1.290 horas anuales) y de tiempo completo (1.385 horas). “Este es el entorno que el CEIP entiende que es el ideal”, indicó Florit.
Pero esta meta, así como las de 900 horas, presenta dificultades a la hora de llevarla a la práctica. Los locales de las escuelas urbanas albergan por día dos grupos de niños, uno en la mañana y otro en la tarde, lo que imposibilita superar las jornadas de 4 horas. Avanzar en este sentido implicaría “una inversión millonaria en locales, en cargos de maestros, en profesores y alimentación”, explicó Florit, quien manifestó que otro factor que juega en contra es la “cargada agenda de feriados, periodos de licencias y vacaciones” con los que cuenta Uruguay.
Precisamente el estudio de costeo analiza si la extensión horaria a 1.300 horas aproximadamente es viable en un país subdesarrollado y con ingresos medios como Uruguay.
“¿Qué parte del PBI tendría que destinarse para una política intensa de construcción de escuelas, equipamiento, formación de docentes, creación de cargos, alimentación? ¿Es compatible con un objetivo para el año 2030? ¿Cuál sería el ritmo para esta apuesta?”, son algunas de las preguntas que se plantea Primaria en el estudio.
Dos caminos
Para alcanzar ese objetivo de extensión horaria, Primaria analiza 2 alternativas, adelantó su director general:
> modificar la jornada escolar de forma de extender las horas de clases en las escuelas comunes de 4 a 7 o 7 horas y media; o
> la implementación de diversas estrategias que permitan sumar horas.
Entre estas estrategias –las cuales cada una supone 100 horas adicionales en verano– se encuentra
> el programa “Maestros más maestros”, que implica la presencia de un 2do. docente que trabaje con los niños con dificultad durante los últimos meses del año: y
> el plan de “Maestros comunitarios”, que supone el trabajo del maestro con un pequeño grupo de alumnos en el contraturno, o personalizado a domicilio.
También se incluye el programa “Verano educativo”, con horas de clases extra durante el verano para aquellos alumnos cuyo pase al siguiente grado esté en duda y necesite un apoyo adicional.
Y el plan “Tránsito educativo” destinado a los niños de sexto año. En él se los prepara durante 4 semanas para ingresar al liceo mediante clases con profesores de la UTU y de Secundaria, al tiempo que quedan en contacto con su maestro durante los primeros meses en la nueva etapa.
Estas iniciativas se suman a la ya impulsada desde hace años por autoridades de Primaria de mejorar la cantidad de días lectivos.
Según datos del CEIP aportados por Florit a El Observador entre 1991 y 1995, el promedio de días asistidos por alumnos rondaba los 157. Entre 1996 y 2000 se incrementó a 159 y entre 2001 y 2006 alcanzó los 161.
Actualmente no ha habido modificaciones sustantivas por lo que el promedio se mantiene en los 160 días asistidos, mientras que en 2011 la cantidad de días hábiles fue 182, explicó el funcionario. ( http://www.urgente24.com)
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