Alfredo Guevara: “Un periodista que no milite en lo que quiera no podrá ser jamás buen periodista” (argenpress)
.Versión de la conferencia de Alfredo Guevara en la Facultad de Comunicación UH (5 de mayo de 2010) “Transcripción de los alumnos asistentes al conversatorio”.
Alfredo Guevara:
Me hubiera gustado tanto ver una película para empezar porque aunque soy un cineasta parcialmente de vacaciones me sigue interesando el cine y descubro en algunos cineastas grandes lecciones del periodismo. Del periodismo que debía ser. Me refiero a la película que sirvió para finalizar el 31 Festival de Cine, la película sobre Chávez que hizo Oliver Stone, creo que son de las últimas películas-reportajes una gran lección de periodismo.
Tengo muchos años pero he pasado la vida entera militando a favor de una causa u otra. Muy joven era anarquista, después devine marxista, he sido siempre un libertario y lo voy a seguir siendo. Lo primero que quiero decir a partir de mi propia experiencia es que un periodista que no milite en lo que quiera no podrá ser jamás buen periodista. Puede ser un periodista a la usanza occidental de la cual formamos parte, de Occidente, de este mundo iniciado por los griegos y que ha llegado hasta nuestros días con algunas marcas desde entonces. Aunque evolucionando hasta los conceptos, y naturalmente para expresar los conceptos revolucionando la palabra entre ellas la palabra democracia.
Empiezo por hablar de militancia pero no estoy hablando de militancia partidista, estoy hablando de pasión. De creer en algo y entregarse a ese algo a toda costa. El periodismo que se enseña en las escuelas de periodismo de los países que conozco: Francia, España, Canadá. Bueno no voy a hablar de los nuestros de América Latina que también conozco pero que no pueden ser más subdesarrollados ni más miméticos de lo que son, de serlo más simplemente no serían.
En esas escuelas la palabra objetividad tiene un gran error: la objetividad suele ser una mentira. Yo tengo horror de ciertas palabras en el terreno que me estoy situando, tales son objetividad, prudencia…la objetividad siempre es una falsificación, la prudencia siempre es una falsificación y las dos vienen acompañadas, quiéranlo o no, de la mentira o de una mentira parcial. Hace apenas unas horas tuve un encuentro con uno de los periodistas más destacados y, a veces, no sé si voluntariamente o involuntariamente agresivo. Tuvimos una conversación muy cordial con este periodista sobre una de las manifestaciones de este tema: no la objetividad sino el equilibrio. Yo no le pedía ni remotamente parcialidad, semi-parcialidad, reconocía que no decía mentira, pero no decía tampoco verdad; decía en sus obras la verdad que le convenía a sus objetivos. Es decir militaba o lo hacía militar la publicación para la que trabaja. Cuando digo equilibrio no digo objetividad: un periodista tienen que abordar la objetividad tal y cual es, pero tiene que tener su objetividad, debiera tener su modo de ver, diría mejor.
Recuerdo que cuando era muy joven, José Antonio Echeverría y yo planeamos robarnos unos materiales de una empresa fílmica de cine y noticiero, de la que era el propietario y director el señor Alonso. Pero el plan que habíamos hecho se frustró, porque el proyecto apareció en el bolsillo de alguien que cayó en el asalto al cuartel Goicuría, no sabemos cómo ocurrió aquello. El proyecto se paralizó, José Antonio fue asesinado y yo me quedé en aire. Y un día lo realicé. Consistió en tomar los materiales de esta gente que estaba vendida a Batista, filmados a favor de la dictadura y convertirlos en material a favor de la Revolución. No hay nada más fácil para hacerlo si uno tiene la técnica y un poquito de talento, es decir: tomas las imágenes le das otro montaje, otra edición, un texto adecuado, le pones la música que haga vibrar el corazón de los espectadores. Estos materiales no los usamos en Cuba pero lo usamos para la solidaridad con la Revolución en Estados Unidos y en algunos países de América Latina. Y las salas de cine vibraban ante un material que defendía la Revolución, denunciaba al batistato y que había sido filmada a favor de Cuba. Yo no les puedo mostrar esos materiales porque ahora están perdidos en los archivos del ICAIC donde los deposité, algún día aparecerán, esas cosas son así.
Pues Oliver Stone realiza lo mismo con Chávez, toma las noticias de los noticieros norteamericanos -claro que en este caso las compró, no las tomó- y va demostrando cómo va siendo convertido en un demonio Chávez. Yo soy de los que cree -y por favor entiendan mis palabras- que la verdadera inteligencia siempre tiene un poco de demoníaco. Si no hay un poco de diablura, la inteligencia no se da del todo. Oliver Stone hizo más coherente a Chávez. Yo soy un chavista rabioso contra mi voluntad porque admiro la obra y no soporto el lenguaje. Ese no soportarlo no es permanente; hay momentos de Chávez que son brillantes. Cuando uno hace un montaje lo hace a favor de lo que cree.
Qué tristeza me da pensar, no en ustedes, pero en tantos jóvenes que encuentro en nuestro país, vacíos e insensibles a algo muy importante. Las cosas que vivimos en la vida cotidiana son demasiados duras, demasiado amargas, a veces nos lastiman tanto en la vida y en la vida de nuestras familias, y es lógico que se desarrollen ciertos rasgos de insensibilidad, de desesperación y de rechazo; que el lenguaje de la Revolución a veces resbala, no de la Revolución, sino de los personeros, voceros… bueno en nuestro terreno, en el terreno de la prensa, en el terreno de la televisión. No sé en la radio porque la oigo poco; me han dicho que es mejor. Ojalá que así sea. Pero lo cierto es que nuestra prensa es muy pobre, no es convincente y aun en los mejores casos como Juventud Rebelde, que empieza a mostrar una cierta transformación, tampoco logra golpear como yo quisiera que golpeara nuestra prensa. Pero eso no depende de falta de pasión o insensibilidad, depende de normas. Ustedes tienen una suerte enorme: ser muy jóvenes, a ustedes les tocará, según se desarrolle la Revolución y se puedan dar algunos pasos que hay que dar para no perecer. Que hay que dar y que se darán, con voluntad o sin voluntad; yo creo que con voluntad.
Yo no represento mi generación porque no cumplo cargo alguno, pero la represento ante mi conciencia porque somos muy poco los que quedamos; se está exterminando muy lentamente por razones biológicas, la generación que protagonizó desde el inicio el proceso revolucionario. Pero está Raúl ahí y algunos otros en los que confío totalmente. Yo creo que los pasos que hacen falta dar se van a dar vivos nosotros, porque si no fuese así, en la Historia será algo terrible. Sería terrible que la interpretación que después hagan los historiadores de la primera generación sea que no fueron capaces de dar este paso. Yo creo que aquellos a quienes les toca, están listos para dar el paso, lo importante es que ese paso se dé y que los interpretadores del futuro no tengan que decir: tuvieron que desaparecer biológicamente para que ese paso se diera. Es un paso que no entra en ruptura ni remotamente con la vocación socialista del proceso revolucionario y de su vanguardia, vanguardia que se va renovando -más lentamente, menos lentamente- y de la que acaso muchos de ustedes pasarán a formar parte en el futuro. En realidad hasta que no se tiene la responsabilidad en la mano -la responsabilidad con poder de decisión- no crecen los seres humanos, se convierten en adormilados seres más o menos adormilados, esperando a ver cuáles son las decisiones. Pero estoy seguro que cuando a ustedes o a otros de su edad, les toque hacer lo que haya que hacer y tomar decisiones, algunos demostrarán que no sirven mucho, otros demostrarán que sirven un poco y algunos serán protagonistas de la nueva vanguardia.
Volvamos al periodismo, decía que solo desde la militancia -que es así como llamo a la pasión y a la parcialidad apasionada- se puede hacer, para mí, verdadero periodismo. Desde muy joven todo el grupo de mi generación hacíamos periodismo. Raúl, en la Universidad, dirigía el periódico Saeta; Martí se sirvió de un periódico; Lenin no consideraba que se podía llevar a adelante la Revolución sin un periódico, sin un documento de expresión; y así el periódico es siempre el heraldo en el que se recogen el conjunto de ideas que hayan de movilizar la conciencia para hacer algo. Si algunos de ustedes, instruidos por las ideas que todavía circulan, creen en la objetividad, bueno, ya tendrán tiempo de desilusionarse. Gran periodismo lo hace quien tiene grandes pasiones: Martí fue uno de ellos, hizo gran periodismo internacional; Carlos Marx, Alejo Carpentier, García Márquez, Mariátegui; y Mella fue gran periodista en su cortísima vida. Defendiendo causas: ese es el verdadero periodismo. No obnubilado por defenderla a toda costa. Leerse un trabajo periodístico de Carlos Marx o de José Martí es ver trabajos de verdad profundos, que persiguen una causa y un objetivo. Yo no sé cómo les enseñan a ustedes el periodismo. No hay muchos ejemplos para demostrar, en la Cuba de hoy, de gran periodismo; para que les sirvan de modelos. Yo creo francamente -y es lo que defendí en el cine en mi época del ICAIC- que hay que partir siempre del ejemplo más alto, hay que proponerse ser el mejor de los mejores; si lo logran o no, es otra cosa. Pero Dios mío, qué ejemplo les podemos poner. Dónde están esos paradigmas en nuestro periodismo; no sé los profesores que estén aquí cuánto trabajo pasarán para citar un paradigma contemporáneo en el periodismo. Pero yo soy un optimista profesional y yo estoy seguro -y por eso me he atrevido a venir aquí- que si ustedes se preparan bien, si siguen el camino de cultivarse profundamente y con rigor, de abrirse el abanico a todas las manifestaciones de la cultura, podrán ser algún día, -y cuando las oportunidades lleguen (que no tardarán)- eventualmente, grandes periodistas.
Preguntas de los estudiantes
Daylé 5º Comunicación Social: 1-Pregunta sobre el proceso migratorio cubano a partir de 1959 y su representación por parte del ICAIC.
Alfredo Guevara: Yo creo que en estos 50 años el concepto emigración no ha evolucionado como tenía que hacer. La palabra emigración puede tener un concepto para ti, pero para la dirección de emigración de Cuba sigue teniendo el mismo concepto que tenía en el 59. Y las reglas del juego si no son las mismas son parecidas. Por tanto la Revolución está comprometida con esa política y yo como revolucionario que no flaqueo estoy también comprometido con esa política que odio. Tengo la característica de no haber sido nunca calificador, para mí gusanos como se usó en los primeros años del triunfo de la Revolución no existía, y tengo la suerte de que soy uno de los que se le confió iniciar los diálogos cuando comenzaron. Siempre ha habido emigración y si o no hubiesen existido los cubanos de Tampa y Cayo Hueso. Nosotros organizamos con el ICAIC, la primera reunión de intelectuales de Allá y de Acá, y de intelectuales jóvenes, queda la documentación. En la Universidad ha habido grupo de estudios que han estudiado estos fenómenos y además en la Universidad de Miami, quien desee debe acudir a ellos porque se encontrará un doble canal de información, el oficial jurídico y el real de análisis. El ICAIC ha tenido esos momentos de análisis, búsqueda, etc., y también de producción. Ya se anunciaba, sin ser un film sobre la emigración, en Memorias del Subdesarrollo, de Titón. Se anunciaba ese drama de la conciencia de quien está y no está, que no sabe dónde está, que vive el desgarramiento que ha tenido la familia cubana por todas partes. Un drama que de ninguna manera considero yo justo ni sano que se haya propiciado: eso de no poderle escribir a una madre o no poder recibir noticias de un hijo, es un disparate y no dice bien de quienes personificaron o patrocinaron esas políticas. Pero, al mismo tiempo, hay que decir una idea que siempre he sostenido, una revolución no es un paseo por las riberas del mar o de un río apacible. Es una tormenta. Es una conmoción descomunal que rompe los cimientos de la sociedad. Destructoras para ser constructoras. Y en ese camino le toca a una generación sufrimientos indecibles y placeres memorables.
Ya dije antes que la verdadera inteligencia tiene algo de diabólica. Los periodistas tienen que aprender a decir: lo mismo se puede decir de modo imposible en determinadas circunstancias que de modo posible en las mismas circunstancias.
¿Cómo ve las sustituciones recientes, estamos hablando de una militarización en el Gobierno?
Alfredo Guevara: No sé si soy ingenuo, no lo creo a estas alturas, aunque quisiera serlo aún. Yo creo todavía que nuestro ejército es el pueblo armado. Yo no veo diferencias, a no ser en cuanto a la disciplina –son disciplinas distintas-, entre un ciudadano de las Fuerzas Armadas y un ciudadano que pasea por la calle 23, pero que después va a trabajar al ICAIC. Hubo un tiempo en que yo era el Presidente del ICAIC y andaba en uniforme y armado.
Ha habido mucho desorden en el Estado. El Estado ha sido por muchos años el refugio de todos los… -no quiero calificar tan duro, voy a decirlo, pero fíjense que lo digo con amor-; ha sido el refugio de todos los vagos y de toda la gente que sirve para mucho.
Vamos a olvidarnos de los burócratas, que son una plaga. Pero, ¿ha habido eso en el Ejército? Da la casualidad que no.
Llegó un momento en que se cayó el mal llamado Campo Socialista -que de todas maneras era un pedrusco en el camino del Imperialismo- y, especialmente, la Unión Soviética, que era originalmente un queso hueco y podrido, no era socialismo, vaya.
¿Qué tuvo que hacer el Ejército? Pues tuvo que desarrollar la industria de armamentos; tuvo que abastecerse de comida y, por lo tanto, desarrollar en fincas la agricultura; etc. Es como un plan piloto de lo que habría que hacer en este país.
Raúl ha respetado originalmente lo que había, pero según ha ido haciendo comprobaciones…dónde va Raúl después de decenas de años dirigiendo el Ejército y resolviendo estos problemas de que estamos hablando y cuál va a ser su cantera. Hay dos canteras, para mí, en el país: esa (las Fuerzas Armadas) y los iguales que ustedes en otros terrenos; porque no vamos a resolver los problemas de la economía con periodistas. Eso sería un disparate, esto con todo respeto hacia ustedes.
Esa es la respuesta que te doy, a mí no me preocupa. Yo creo que tenemos que escoger otro camino, este y otro camino, pero que nos llevará algún tiempo, como Estado y como vanguardia revolucionaria- si es que lo seguimos siendo. Ese camino es llenar todo lo que se pueda con think tanks, es decir grupos de reflexión y análisis, de diseño de potenciales para aprovechar así el talento que hemos creado y que anda por ahí, a veces sirviendo en las cafeterías.
Lidia 2º Periodismo: 1-“Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada”, ¿cómo afecta esta frase el desenvolvimiento creativo, ideológico e intelectual de los creadores en la Revolución? 2-¿Qué oportunidades y opciones tienen en Cuba las personas que no son revolucionarias?
Alfredo Guevara: Voy a empezar por la segunda pregunta. Primero habrá que preguntárselo a esas personas para que podamos evaluar cuáles son las dificultades que tienen (a las que no son revolucionarias). Yo tengo la convicción de que las personas que no son revolucionarias y sobre todo las que ya no son nada, son tantas que ya no nos damos cuenta quiénes son. Es una desgracia, una realidad, que yo si fuera periodista y me dieran el chance de publicarlo como titular en el Granma, no lo haría. Sino que como revolucionario militante que soy, lucharía por desbaratar esa situación que tenemos, de masoquismo, especialmente entre nosotros, de vacuidad, de banalidad. Dije en el Instituto Superior de Arte, y parece que molestó a algunas gentes, que si yo fuera un joven - lo soy, pero si lo fuera de verdad y no necesitara de un andador- el viernes y el sábado estaría en esta calle G con los jóvenes que están ahí.
Vamos a suponer que fuera lo que se supone que sería: un dirigente de la juventud -porque siempre he sido un revolucionario militante-. Yo estaría con los jóvenes allí, luchando por hacerle comprender cosas. No como un catequista ni como un testigo de Jehová, pero luchando, luchando.
Yo creo que lo único que es inadmisible es el endogenismo de las organizaciones políticas. Yo no sé cómo es la organización de ustedes, la Juventud, no la voy a juzgar; pero sé como es la organización mía del Partido -el núcleo quiero decir-. Nos reunirnos nosotros para mirarnos las caras y decirnos no sé qué cosa y nos bajó esto y no subió aquella otra cosa y después nos vamos para la casa y damos por resuelto todo, pero resulta falso. Los revolucionarios o son vanguardia o quieren serlo o no son nada, no son revolucionarios. Y cuál es la tarea de la vanguardia, sumar. La vanguardia es el núcleo estratégico. Es como las Cruzadas, qué hacían entonces, salir a catequizar, a convencer y a sumar gente a las ideas de su congregación. Yo creo que ese es el papel del Partido también. El Partido es una iglesia, es decir, una congregación de mentes que renuncia a parte de su libertad para sumar muchas libertades y dedicarse a una tarea. Eso es lo que tiene que hacer la Juventud y el Partido, sumar y sumar: explicar hasta lo que no tiene explicación; buscar las explicaciones y si no las tiene, confesar “no tengo explicación para esto”. No hay otro camino para dirigir un país y acelerar el proceso de desarrollo hasta el punto que pueda haber bienestar para todos. Defender lo defendible, aceptar lo no defendible y hacerse así querido y respetado.
Puede defenderse el derecho a no ser revolucionario. Lo que no se puede aceptar es la contrarrevolución, porque la contrarrevolución activa es aceptar el suicido. Y la Revolución es una vanguardia queriendo desarrollar un proyecto.
Jesús Arencibia, graduado de Periodismo y profesor de FCOM: 1-En muchos espacios intelectuales, como congreso de la UNEAC, se ha criticado a la prensa y a la educación, pero a veces siento que no se critican a los factores que regulan a la prensa y a la educación. ¿Qué opinión tiene de estos factores reguladores?
Alfredo Guevara: Comenzaré por decirte que creo en el trabajo intelectual, en la formación intelectual rigurosa y no creo en la intelectualidad como un monolito, al menos yo no formo parte de ningún monolito. Yo creo que hay intelectuales revolucionarios, militantes, combatientes; que hay intelectuales respetabilísimos no revolucionarios – con todo derecho a no ser revolucionario-; también creo que hay intelectuales pre-post-castrista, que se están preparando, sutilmente, tal vez casi inconscientemente, para lo que vendrá después. Ellos tienen derecho a pensar que será (lo que vendrá) esto o lo otro, pero creo que la vida ha ido demostrando en los últimos años que, tal vez, van a llegar a una ancianidad más larga que la mía esperando y esperando que el pre sea el post.
Yo tengo una gran confianza de ver todavía un Juventud Rebelde multiplicado por diez. Nunca jamás recomendaré a nadie prudencia; te recomiendo que combatas. Que expresen, que luchen, que acepten correr riesgos. Porque esta vez los riesgos serán de otro carácter, y serán una contribución revolucionaria dentro de la Revolución
Ivet González, graduada de Periodismo, profesora de FCOM: 1-¿Existe en Cuba un conflicto generacional? 2- Si existe, ¿está incidiendo negativamente en esta evolución con vocación socialista?
Alfredo Guevara: Sí hay un conflicto terrible que tienen los jóvenes y los jóvenes como yo también. Es el conflicto que existe entre el inmovilismo, la rutina, la inquietud y el tiempo que pasa. Yo pienso que no es un conflicto generacional, que es un conflicto sin edad.
Nosotros somos parte de la civilización occidental; y el tiempo ha pasado a ser un problema, porque el cristianismo comenzó a dividir la historia en pedacitos. Los marxistas estudiamos el modo de producción asiático, pero también debiéramos estudiar el modo de vida asiático. Yo, por ejemplo, he tenido la tentación -y no lo he hecho- de escribirle a Bruno Rodríguez, recomendándole que en el ISRI, antes de estudiar a Marx, se estudie a Confucio. Porque los chinos no son una persona, ellos son mi bisabuelo, mi padre, yo, mi hijo, mi nieto…el sentido del tiempo no es igual que el nuestro. Ellos pueden incluso sacrificar generaciones para que China sea China. Pero, ¿nosotros seríamos capaces de eso? Ahí está el problema, cómo aplicar la solución China, que funciona. Yo creo que debe haber un jueguito intermedio y que ese sea el que apliquemos, pero no sacrificando generaciones. Ya bastante nos hemos sacrificado nosotros, no digo nosotros que tenemos esta edad, sino todos los que siguen, ustedes.
Jaime, 2º Periodismo: 1-¿Qué nos sugiere para enfrentar esos combates que se nos avecinan? 2-¿Cree usted que los jóvenes de hoy gozamos del mismo protagonismo para desarrollarnos como queremos? 3-¿La sociedad cubana escucha a sus jóvenes?
Alfredo Guevara: Mis profesores me enseñaron mucho, pero lo que más me enseñaron fue a estudiar porque parte del combate es estudiar. Porque el combate es interior también, y hay que enriquecerse permanentemente. Estaré cultivándome hasta el último día y eso es lo que me permite estar con ustedes.
Yo creo que no los escuchamos como debiéramos y que tenemos que aprender -mi generación y la que nos sigue, no hablo en nombre de nadie ni de nada-. Creo que las generaciones mayores tenemos que aprender a hablar con ustedes, aprender de ustedes, a descubrir los nuevos lenguajes, la nueva forma de hablar. Con comunistas- estalinistas no hay modo de comunicarse. Hay que aprender a dialogar con los jóvenes. Yo vengo a esta reunión a aprender, a saber cuáles son las inquietudes de ustedes, a recogerlas para mi alma.
Darío Alejandro, 2º Periodismo: ¿Cómo ve el fenómeno de la era digital en la sociedad cubana?
Alfredo Guevara: Es uno de los problemas más serios que tiene la vanguardia revolucionaria envejecida. En mi escala, yo soy uno de ellos. Igual que los oficiales guerrilleros campesinos no podían con ciertas cosas, yo creo que nuestra generación, nuestro mundo, nuestra vanguardia, no acaba de comprender; no acaba de entrarle a la revolución tecnológica digital que se está produciendo en el mundo.
Cuando empezaron a surgir los blogs, lo dije, pero inútilmente -yo creo que ahora es que empiezan comprender lentamente-, “si surgen 4 blogs contra nosotros, vamos a ser 40 a favor, vamos a hacer 40 aquí 40 allá”. Vamos a llenar el ciberespacio de ideas, pero que no sean las mismas: la repetición es la muerte. Yo estoy creando un sitio digital que se está llamando Nuevo Cine Latinoamericano, que va a ser nuevo cine y todo lo que le dé su real gana; yo quisiera que fuera como un periódico: es un sueño.
Un sitio, teóricamente de cine, pero es que el cine se interrelaciona con todas las demás artes, con las humanidades…Depende del talento de los que me he buscado; tenemos un equipito para meternos en ese mundo. Esa revista vamos a tratar de sacarla en papel, pero no hay papel. No hay papel pero hay ciberespacio, y por ahora está descontroladito, pero nadie sabe lo que puede suceder después…
Profesor de Preparación para la Defensa: Hable sobre la sensibilidad humana de Fidel y Raúl.
Alfredo Guevara: Yo debería negarme a esta pregunta porque son mis hermanos. Yo he estado casi toda mi vida, hasta hace unos años, junto a Fidel. Fidel es un duro de verdad y su coraje es infinito, pero ha sabido conservar algo que Raúl también tiene y ahora se le empieza a descubrir a Raúl. Yo creo que ambos dirigentes han sabido ser duros y han conservado la capacidad de ternura. En el caso de Raúl descubrimos un Raúl que en las fuerzas armadas es duro; que tolera y decapita. Pero con la muerte de Vilma se descubrió ese Raúl familiar. Ternura pero con firmeza.
Rafael 2º Periodismo: 1-Usted hablaba de la creación en la Universidad de grupos de pensamiento y de acción, pero ¿existe algún tipo de desconfianza porque los jóvenes se reúnan para cuestionarse o para intercambiar dudas que tienen? 2-Hay investigadores que han hecho estudios, a los que quizás la alta dirigencia del país no le haya prestado mucha atención y están disgregados por la Universidad o diversos Centros de Estudio, ¿qué opinión tiene al respecto?
Alfredo Guevara: yo no puedo darte una explicación ahora, yo tengo pendiente un encuentro con el Ministro de Educación Superior para conversar de algunas cosas. No estoy sobre el terreno, no puedo juzgar ciertos criterios de la Universidad. Creo -y es una de las cosas que le voy a plantear- que debiéramos usar mejor a los universitarios, a los que están cursando estudios y a los ya graduados, que debiéramos repartirlos en think-tanks; pero de acción también. Yo sé que algunos think-tanks, por ejemplo, los de la agricultura, van a ser muy difícil; hemos destruido una capa de la sociedad.
Recuerdo que Fidel, en un momento, dado me planteó que los institutos técnicos especializados estuvieran cerca de zonas agrícolas importantes, y ¿saben lo que son hoy día?, institutos de estudio de la informática. A quién se le ocurre. Es la informática, la informática, pero dónde están ahora los técnicos de campo para echar a andar la producción agraria. Yo he oído dirigentes que dicen “primero la producción”. Bueno sí, pero cómo. ¿Podremos realmente movilizar de nuevo la agricultura o hacer una agricultura muy de tecnología?
Yo creo que tenemos tantos universitarios…, pero un millón de universitarios no quiere decir un millón de talentos. Pero 750 mil va y tienen algo, 500 mil va y tienen un poquito más, 250 mil ya se siente que valen la pena y 50 mil sirven para hacer una vanguardia. Descubramos, busquemos y desarrollemos esos talentos, igual que en la música, por ejemplo. Yo odio el concepto masividad cuando no está bien pensado, pero sin duda alguna, la masividad repartida regionalmente, por todas partes, saca el talento. Tú me perdonas, pero yo me quedé quizás cortico con esta respuesta.
Adonis 4º Periodismo: 1-Opinión sobre el Congreso de la Juventud, 2-¿Qué pasos con voluntad o sin voluntad hay que dar para que en Cuba la Revolución siga revolucionándose?3-¿Qué opina del trabajo de los medios cubanos en el contexto de la campaña mediática, dado que, me parece, abunda mucho la reacción de los ofendidos y no vemos las ofensas, (para muchos puede ser una campaña fantasma)?
Alfredo Guevara: Primero yo no sé si es por ser un viejuco o por cualquier otra razón pero yo no estuve invitado al Congreso de la Juventud. Yo no sé nada, así que no tengo respuestas.
Campaña mediática: yo escribí una artículo que se titula Noticia y no noticia. Murió Zapata en huelga de hambre, no debió de morir. Si yo hubiera tenido el poder haría lo que se está haciendo con Fariñas, que es un loco; no lo dejo. Ahí empezó la campaña mediática como un acto de “solidaridad, de humanismo”. Pero no sé si sabes esto -porque nuestros medios no publican lo que hay que publicar, no aprovechan las cosas-; murió un estudiante que estuvo preso en una cárcel de Buenos Aires, en huelga de hambre, justo por esos días. La noticia la publicaron en Buenos Aires varios periódicos y ahí se quedó. Yo escogí (en el artículo) una serie de noticias para demostrar cómo las agencias, que son cuatro o cinco, dominadas por monopolios, controlan la circulación de las noticias y deciden qué lo es y qué no lo es. Por qué el muchacho que murió en Buenos Aires no fue utilizado, porque existe una campaña contra los Kirchner; pero en Argentina, Buenos Aires es una especie de distrito federal que tiene sus policías, sus diputados, su justicia y se les murió a ellos, no se le murió a la Kirchner, de lo contrario toda la prensa se hubiera lanzado.
No te voy a decir que me siento encantado con nuestra prensa, pero ya en la prensa alternativa mi artículo está colado en La Jiribilla, en Rebelión…
Yo vi una entrevista en la televisión extranjera en la que estaban directores de grandes periódicos de todo el mundo. La discusión que fui siguiendo consiste en si la prensa en papel tiene perspectiva. La nuestra no sé si tiene perspectiva o no tiene perspectiva, pero por ahora, yo en la Casa del Festival no tengo papel. No hay papel en las imprentas, y ese papel que está imprimiendo el Instituto Cubano del Libro, es el mismo de Granma. Es muy valioso para los ecologistas, pero para los archiveros es una porquería que no tiene nombre. Y los libros que está publicando el ICL no durarán nada. Ojalá que los compradores los leas rápido, porque pronto no habrá libro.
Brenda, 3º Comunicación Social: ¿Qué cree Alfredo Guevara de estos binomios en Cuba hoy: lo mío y lo nuestro, el decir y el hacer, esas zonas de coherencia y también de contradicción?
Alfredo Guevara: Estamos en una crisis que es de carácter político y moral, que tiene muchas facetas. Para mí lo más terrible no es el que se lleva esto o lo otro, lo más terrible es la vacuidad. Lo más terrible es ir caminando por la calle y no saber si la gente con que me cruzo son muertos-vivos o personas reales. Para mí, persona es el que piensa, el que estudia, el que profundiza, el que se plantea problemas, el que sufre. Estamos en tiempos de crisis y queremos superar esos tiempos. Esas cosas que están pasando últimamente: que alguien se apoderan de bienes, revela que el pre-post castrismo no está solo en el alma de algunos intelectuales, sino que anda por muchos lugares. Hay quienes se preparan para un capitalismo -espero que no llegue-, pero no les va a llegar a ellos porque vamos a resistir.
Gallego 5º Periodismo: La institucionalidad parte del cumplimiento de las leyes 1-¿Será posible avanzar hacia una institucionalidad verdaderamente socialista, mientras en nuestro país se desconoce y no se enseña la Constitución, mientras no se haga conocer públicamente el trabajo de la Asamblea Nacional, cuando en nuestra prensa no tiene cabida aún un trabajo como el de Esteban Morales –que considero revolucionario-? 2-¿Esto a qué se debe a la incapacidad de algunas personas que están pensando en otros conceptos o a la acción de esos grupos pre-post castristas que están apalancados en determinados lugares del poder y que no les conviene realmente discusión, que se fiscalice popularmente su acción y su trabajo?
Alfredo Guevara: Yo quisiera tener respuestas. Yo creo que vamos camino de eso más lentamente de lo que yo quisiera; pero que todo lo que se haga, todo lo que se pueda hacer va a depender de algunos procesos extremadamente complejos. He pensado mucho cómo se va a hacer, y no tengo respuestas: pero hay que hacerlo. Está dicho ya públicamente que sobra un millón de personas en el aparato estatal. Ese millón de personas no solo sobra, estorba. Ese millón es el que no deja vivir a la ciudadanía; vas a buscar un permiso en un Ministerio y pasas por tantas manos. Hay una persona que conozco que ya tiene lograda su permuta y tiene que esperar 3 meses, pero si da 500cuc se lo dan al día siguiente. Porque como tienen que vivir porque con 200 o300 pesos no se va a ninguna parte, se ha producido un fenómeno de corrupción generalizada: unos cobran 5 pesos, otros 10, otros 15 y este quiere 500.
Sin dudas que ya se estén planteando tan abiertamente estos problemas, hace pensar que vamos a avanzar. Ojalá que marchen. Muchos estudiantes y profesores de Derecho también se están planteando esta inquietud, y hay personas que debían ser más oídas, pues están planteando el problema no solo en la Constitución, que ya es mucho decir…Esperemos…
Maydelis 4º Periodismo: 1-¿Qué debería modificar el periodismo cubano para lograr un Noticiero como el Noticiero ICAIC Latinoamericano? 2- Ud. habla de una prensa alternativa donde ha publicado varias cosas, pero yo no considero que aquí en Cuba, Internet llegue a la mayoría de los cubanos. Usted es Alfredo Guevara y si usted dice en Juventud Rebelde o en Granma que quiere escribir lo que piensa, no le dirían que no. ¿Por qué no se propone llegar a más cantidad de personas a través de esos medios impresos que todavía existen?
Alfredo Guevara: Voy a empezar por el final, no te hagas ilusiones porque yo no me las hago. Yo he tenido que esperar hasta diez días para que me publiquen algo en un periódico al que mandé un artículo, que finalmente se publicó. Yo no quise utilizar el poder, porque, curiosamente, ese artículo, que demoraron tanto en publicar, lo había leído en mi casa Raúl Castro, y yo no lo dije nunca. Yo los dejé demorarse, los dejé hacerme la vida imposible y ni siquiera cuando me lo publicaron les dije que ese artículo, que les había costado tanto trabajo aprobar, lo había leído originalmente Raúl. No es nada fácil y pronto tendrás que lidiar con el disparate.
Yo creo que para lograr que los noticieros de la imagen se inspiren en ideas como las que dio lugar al Noticiero ICAIC Latinoamericano tendrían que tener un Santiago Álvarez, pero Santiagos Álvarez hay potencialmente, a lo mejor hay algunos entre ustedes. Pero para que ese Santiago Álvarez llegue a poder hacer noticieros tienen que desaparecer todos los estúpidos, todos los imbéciles y todos los ignorantes que ocupan hoy cargos. Hay que luchar por eso.
Mirtha 2º Periodismo: ¿Cuánto hace falta en nuestro discurso revolucionario el arte?
Alfredo Guevara: Pienso que la poesía está en todas partes, está en ti que estás haciendo eses planteamiento y está en muchos. Yo creo que la tarea del intelectual, de ustedes en formación, de los ya formados, es inundar el mundo de belleza, inundar el mundo de poesía, bondad, justicia. Hacer ese pequeño acercamiento que queremos hacer los seres humanos a la verdad.
Gabriel 4º Sociología (Uruguay): ¿Qué estrategias podría tener el sector de la juventud cubana patriótico, pero que está un poquito asqueado de cosas que aparecen diariamente y que conducen a la apatía (decir que las cosas no se resuelven que no se solucionan)…?
Alfredo Guevara: Yo no soy el Papa, tampoco soy miembro del Buró Político, menos aún de la dirección de la Juventud Comunista o de la FEU. Yo sí te puedo decir que en las universidades y las reuniones con los jóvenes siempre me pasa lo que me ha pasado aquí: todo el mundo abierto, diciendo lo que piensa, y yo dando respuestas hasta donde puedo. Los jóvenes me hablan con franqueza, yo les hablo con franqueza. Siempre he planteado que jamás seré yo quien recomiende la prudencia; el que no sea audaz y combativo, allá él. Yo me he pasado la vida luchando. El resto pregúntaselo a los dirigentes de la Juventud, del Buró Político; yo no puedo hablar en nombre de ellos, pero lo único que te puedo contestar es el ejemplo que doy: siempre abierto a discutir con los jóvenes en todas partes.
Miriam Rodríguez, profesora FCOM: En reciente entrevista con el periodista de Holguín, Leandro Estupiñán, usted hablaba de la necesidad de que el movimiento histórico de su generación escribiera sus testimonios sobre determinadas etapas ¿Está usted escribiendo?
Alfredo Guevara: Después que regresé de Europa y tras 10 años dirigiendo de nuevo el ICAIC, yo le pedí a Fidel que me liberara -aseguro que era liberación de verdad- y el argumento era que los últimos años yo los quería dedicar a escribir. Es decir, dirigir el Festival, tratar de construir una especie de Cinemateca digital de cine latinoamericano -que lo estoy haciendo- y escribir. Acá he publicado cinco libros; tengo la suerte de tener una editorial española que me financia y la condición que pongo es que la mitad de la edición para España, y que la vendan en euros, y la otra mitad para Cuba. Seguramente algunas cosas serán publicables después de… más tarde digamos. Pero prácticamente todo se está publicando…, pero voy a seguir así en los días que me quedan, menos tiempo que a ustedes, pero les aseguro que los voy a aprovechar muy bien.
Impresiones del encuentro
Alfredo Guevara: Yo la paso bien siempre que estoy con jóvenes, yo lo que no quiero es una reunión de viejucos, el viejuco soy yo. Entonces siempre que esté rodeado de jóvenes estoy feliz y siempre que sean francos conmigo y me permitan ser francos con ellos… bueno es lo poquito que puedo dar y es lo que doy.
Foto: Cuba - Alfredo Guevara. / Autor: CUBADEBATE
Alfredo Guevara:
Me hubiera gustado tanto ver una película para empezar porque aunque soy un cineasta parcialmente de vacaciones me sigue interesando el cine y descubro en algunos cineastas grandes lecciones del periodismo. Del periodismo que debía ser. Me refiero a la película que sirvió para finalizar el 31 Festival de Cine, la película sobre Chávez que hizo Oliver Stone, creo que son de las últimas películas-reportajes una gran lección de periodismo.
Tengo muchos años pero he pasado la vida entera militando a favor de una causa u otra. Muy joven era anarquista, después devine marxista, he sido siempre un libertario y lo voy a seguir siendo. Lo primero que quiero decir a partir de mi propia experiencia es que un periodista que no milite en lo que quiera no podrá ser jamás buen periodista. Puede ser un periodista a la usanza occidental de la cual formamos parte, de Occidente, de este mundo iniciado por los griegos y que ha llegado hasta nuestros días con algunas marcas desde entonces. Aunque evolucionando hasta los conceptos, y naturalmente para expresar los conceptos revolucionando la palabra entre ellas la palabra democracia.
Empiezo por hablar de militancia pero no estoy hablando de militancia partidista, estoy hablando de pasión. De creer en algo y entregarse a ese algo a toda costa. El periodismo que se enseña en las escuelas de periodismo de los países que conozco: Francia, España, Canadá. Bueno no voy a hablar de los nuestros de América Latina que también conozco pero que no pueden ser más subdesarrollados ni más miméticos de lo que son, de serlo más simplemente no serían.
En esas escuelas la palabra objetividad tiene un gran error: la objetividad suele ser una mentira. Yo tengo horror de ciertas palabras en el terreno que me estoy situando, tales son objetividad, prudencia…la objetividad siempre es una falsificación, la prudencia siempre es una falsificación y las dos vienen acompañadas, quiéranlo o no, de la mentira o de una mentira parcial. Hace apenas unas horas tuve un encuentro con uno de los periodistas más destacados y, a veces, no sé si voluntariamente o involuntariamente agresivo. Tuvimos una conversación muy cordial con este periodista sobre una de las manifestaciones de este tema: no la objetividad sino el equilibrio. Yo no le pedía ni remotamente parcialidad, semi-parcialidad, reconocía que no decía mentira, pero no decía tampoco verdad; decía en sus obras la verdad que le convenía a sus objetivos. Es decir militaba o lo hacía militar la publicación para la que trabaja. Cuando digo equilibrio no digo objetividad: un periodista tienen que abordar la objetividad tal y cual es, pero tiene que tener su objetividad, debiera tener su modo de ver, diría mejor.
Recuerdo que cuando era muy joven, José Antonio Echeverría y yo planeamos robarnos unos materiales de una empresa fílmica de cine y noticiero, de la que era el propietario y director el señor Alonso. Pero el plan que habíamos hecho se frustró, porque el proyecto apareció en el bolsillo de alguien que cayó en el asalto al cuartel Goicuría, no sabemos cómo ocurrió aquello. El proyecto se paralizó, José Antonio fue asesinado y yo me quedé en aire. Y un día lo realicé. Consistió en tomar los materiales de esta gente que estaba vendida a Batista, filmados a favor de la dictadura y convertirlos en material a favor de la Revolución. No hay nada más fácil para hacerlo si uno tiene la técnica y un poquito de talento, es decir: tomas las imágenes le das otro montaje, otra edición, un texto adecuado, le pones la música que haga vibrar el corazón de los espectadores. Estos materiales no los usamos en Cuba pero lo usamos para la solidaridad con la Revolución en Estados Unidos y en algunos países de América Latina. Y las salas de cine vibraban ante un material que defendía la Revolución, denunciaba al batistato y que había sido filmada a favor de Cuba. Yo no les puedo mostrar esos materiales porque ahora están perdidos en los archivos del ICAIC donde los deposité, algún día aparecerán, esas cosas son así.
Pues Oliver Stone realiza lo mismo con Chávez, toma las noticias de los noticieros norteamericanos -claro que en este caso las compró, no las tomó- y va demostrando cómo va siendo convertido en un demonio Chávez. Yo soy de los que cree -y por favor entiendan mis palabras- que la verdadera inteligencia siempre tiene un poco de demoníaco. Si no hay un poco de diablura, la inteligencia no se da del todo. Oliver Stone hizo más coherente a Chávez. Yo soy un chavista rabioso contra mi voluntad porque admiro la obra y no soporto el lenguaje. Ese no soportarlo no es permanente; hay momentos de Chávez que son brillantes. Cuando uno hace un montaje lo hace a favor de lo que cree.
Qué tristeza me da pensar, no en ustedes, pero en tantos jóvenes que encuentro en nuestro país, vacíos e insensibles a algo muy importante. Las cosas que vivimos en la vida cotidiana son demasiados duras, demasiado amargas, a veces nos lastiman tanto en la vida y en la vida de nuestras familias, y es lógico que se desarrollen ciertos rasgos de insensibilidad, de desesperación y de rechazo; que el lenguaje de la Revolución a veces resbala, no de la Revolución, sino de los personeros, voceros… bueno en nuestro terreno, en el terreno de la prensa, en el terreno de la televisión. No sé en la radio porque la oigo poco; me han dicho que es mejor. Ojalá que así sea. Pero lo cierto es que nuestra prensa es muy pobre, no es convincente y aun en los mejores casos como Juventud Rebelde, que empieza a mostrar una cierta transformación, tampoco logra golpear como yo quisiera que golpeara nuestra prensa. Pero eso no depende de falta de pasión o insensibilidad, depende de normas. Ustedes tienen una suerte enorme: ser muy jóvenes, a ustedes les tocará, según se desarrolle la Revolución y se puedan dar algunos pasos que hay que dar para no perecer. Que hay que dar y que se darán, con voluntad o sin voluntad; yo creo que con voluntad.
Yo no represento mi generación porque no cumplo cargo alguno, pero la represento ante mi conciencia porque somos muy poco los que quedamos; se está exterminando muy lentamente por razones biológicas, la generación que protagonizó desde el inicio el proceso revolucionario. Pero está Raúl ahí y algunos otros en los que confío totalmente. Yo creo que los pasos que hacen falta dar se van a dar vivos nosotros, porque si no fuese así, en la Historia será algo terrible. Sería terrible que la interpretación que después hagan los historiadores de la primera generación sea que no fueron capaces de dar este paso. Yo creo que aquellos a quienes les toca, están listos para dar el paso, lo importante es que ese paso se dé y que los interpretadores del futuro no tengan que decir: tuvieron que desaparecer biológicamente para que ese paso se diera. Es un paso que no entra en ruptura ni remotamente con la vocación socialista del proceso revolucionario y de su vanguardia, vanguardia que se va renovando -más lentamente, menos lentamente- y de la que acaso muchos de ustedes pasarán a formar parte en el futuro. En realidad hasta que no se tiene la responsabilidad en la mano -la responsabilidad con poder de decisión- no crecen los seres humanos, se convierten en adormilados seres más o menos adormilados, esperando a ver cuáles son las decisiones. Pero estoy seguro que cuando a ustedes o a otros de su edad, les toque hacer lo que haya que hacer y tomar decisiones, algunos demostrarán que no sirven mucho, otros demostrarán que sirven un poco y algunos serán protagonistas de la nueva vanguardia.
Volvamos al periodismo, decía que solo desde la militancia -que es así como llamo a la pasión y a la parcialidad apasionada- se puede hacer, para mí, verdadero periodismo. Desde muy joven todo el grupo de mi generación hacíamos periodismo. Raúl, en la Universidad, dirigía el periódico Saeta; Martí se sirvió de un periódico; Lenin no consideraba que se podía llevar a adelante la Revolución sin un periódico, sin un documento de expresión; y así el periódico es siempre el heraldo en el que se recogen el conjunto de ideas que hayan de movilizar la conciencia para hacer algo. Si algunos de ustedes, instruidos por las ideas que todavía circulan, creen en la objetividad, bueno, ya tendrán tiempo de desilusionarse. Gran periodismo lo hace quien tiene grandes pasiones: Martí fue uno de ellos, hizo gran periodismo internacional; Carlos Marx, Alejo Carpentier, García Márquez, Mariátegui; y Mella fue gran periodista en su cortísima vida. Defendiendo causas: ese es el verdadero periodismo. No obnubilado por defenderla a toda costa. Leerse un trabajo periodístico de Carlos Marx o de José Martí es ver trabajos de verdad profundos, que persiguen una causa y un objetivo. Yo no sé cómo les enseñan a ustedes el periodismo. No hay muchos ejemplos para demostrar, en la Cuba de hoy, de gran periodismo; para que les sirvan de modelos. Yo creo francamente -y es lo que defendí en el cine en mi época del ICAIC- que hay que partir siempre del ejemplo más alto, hay que proponerse ser el mejor de los mejores; si lo logran o no, es otra cosa. Pero Dios mío, qué ejemplo les podemos poner. Dónde están esos paradigmas en nuestro periodismo; no sé los profesores que estén aquí cuánto trabajo pasarán para citar un paradigma contemporáneo en el periodismo. Pero yo soy un optimista profesional y yo estoy seguro -y por eso me he atrevido a venir aquí- que si ustedes se preparan bien, si siguen el camino de cultivarse profundamente y con rigor, de abrirse el abanico a todas las manifestaciones de la cultura, podrán ser algún día, -y cuando las oportunidades lleguen (que no tardarán)- eventualmente, grandes periodistas.
Preguntas de los estudiantes
Daylé 5º Comunicación Social: 1-Pregunta sobre el proceso migratorio cubano a partir de 1959 y su representación por parte del ICAIC.
Alfredo Guevara: Yo creo que en estos 50 años el concepto emigración no ha evolucionado como tenía que hacer. La palabra emigración puede tener un concepto para ti, pero para la dirección de emigración de Cuba sigue teniendo el mismo concepto que tenía en el 59. Y las reglas del juego si no son las mismas son parecidas. Por tanto la Revolución está comprometida con esa política y yo como revolucionario que no flaqueo estoy también comprometido con esa política que odio. Tengo la característica de no haber sido nunca calificador, para mí gusanos como se usó en los primeros años del triunfo de la Revolución no existía, y tengo la suerte de que soy uno de los que se le confió iniciar los diálogos cuando comenzaron. Siempre ha habido emigración y si o no hubiesen existido los cubanos de Tampa y Cayo Hueso. Nosotros organizamos con el ICAIC, la primera reunión de intelectuales de Allá y de Acá, y de intelectuales jóvenes, queda la documentación. En la Universidad ha habido grupo de estudios que han estudiado estos fenómenos y además en la Universidad de Miami, quien desee debe acudir a ellos porque se encontrará un doble canal de información, el oficial jurídico y el real de análisis. El ICAIC ha tenido esos momentos de análisis, búsqueda, etc., y también de producción. Ya se anunciaba, sin ser un film sobre la emigración, en Memorias del Subdesarrollo, de Titón. Se anunciaba ese drama de la conciencia de quien está y no está, que no sabe dónde está, que vive el desgarramiento que ha tenido la familia cubana por todas partes. Un drama que de ninguna manera considero yo justo ni sano que se haya propiciado: eso de no poderle escribir a una madre o no poder recibir noticias de un hijo, es un disparate y no dice bien de quienes personificaron o patrocinaron esas políticas. Pero, al mismo tiempo, hay que decir una idea que siempre he sostenido, una revolución no es un paseo por las riberas del mar o de un río apacible. Es una tormenta. Es una conmoción descomunal que rompe los cimientos de la sociedad. Destructoras para ser constructoras. Y en ese camino le toca a una generación sufrimientos indecibles y placeres memorables.
Ya dije antes que la verdadera inteligencia tiene algo de diabólica. Los periodistas tienen que aprender a decir: lo mismo se puede decir de modo imposible en determinadas circunstancias que de modo posible en las mismas circunstancias.
¿Cómo ve las sustituciones recientes, estamos hablando de una militarización en el Gobierno?
Alfredo Guevara: No sé si soy ingenuo, no lo creo a estas alturas, aunque quisiera serlo aún. Yo creo todavía que nuestro ejército es el pueblo armado. Yo no veo diferencias, a no ser en cuanto a la disciplina –son disciplinas distintas-, entre un ciudadano de las Fuerzas Armadas y un ciudadano que pasea por la calle 23, pero que después va a trabajar al ICAIC. Hubo un tiempo en que yo era el Presidente del ICAIC y andaba en uniforme y armado.
Ha habido mucho desorden en el Estado. El Estado ha sido por muchos años el refugio de todos los… -no quiero calificar tan duro, voy a decirlo, pero fíjense que lo digo con amor-; ha sido el refugio de todos los vagos y de toda la gente que sirve para mucho.
Vamos a olvidarnos de los burócratas, que son una plaga. Pero, ¿ha habido eso en el Ejército? Da la casualidad que no.
Llegó un momento en que se cayó el mal llamado Campo Socialista -que de todas maneras era un pedrusco en el camino del Imperialismo- y, especialmente, la Unión Soviética, que era originalmente un queso hueco y podrido, no era socialismo, vaya.
¿Qué tuvo que hacer el Ejército? Pues tuvo que desarrollar la industria de armamentos; tuvo que abastecerse de comida y, por lo tanto, desarrollar en fincas la agricultura; etc. Es como un plan piloto de lo que habría que hacer en este país.
Raúl ha respetado originalmente lo que había, pero según ha ido haciendo comprobaciones…dónde va Raúl después de decenas de años dirigiendo el Ejército y resolviendo estos problemas de que estamos hablando y cuál va a ser su cantera. Hay dos canteras, para mí, en el país: esa (las Fuerzas Armadas) y los iguales que ustedes en otros terrenos; porque no vamos a resolver los problemas de la economía con periodistas. Eso sería un disparate, esto con todo respeto hacia ustedes.
Esa es la respuesta que te doy, a mí no me preocupa. Yo creo que tenemos que escoger otro camino, este y otro camino, pero que nos llevará algún tiempo, como Estado y como vanguardia revolucionaria- si es que lo seguimos siendo. Ese camino es llenar todo lo que se pueda con think tanks, es decir grupos de reflexión y análisis, de diseño de potenciales para aprovechar así el talento que hemos creado y que anda por ahí, a veces sirviendo en las cafeterías.
Lidia 2º Periodismo: 1-“Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada”, ¿cómo afecta esta frase el desenvolvimiento creativo, ideológico e intelectual de los creadores en la Revolución? 2-¿Qué oportunidades y opciones tienen en Cuba las personas que no son revolucionarias?
Alfredo Guevara: Voy a empezar por la segunda pregunta. Primero habrá que preguntárselo a esas personas para que podamos evaluar cuáles son las dificultades que tienen (a las que no son revolucionarias). Yo tengo la convicción de que las personas que no son revolucionarias y sobre todo las que ya no son nada, son tantas que ya no nos damos cuenta quiénes son. Es una desgracia, una realidad, que yo si fuera periodista y me dieran el chance de publicarlo como titular en el Granma, no lo haría. Sino que como revolucionario militante que soy, lucharía por desbaratar esa situación que tenemos, de masoquismo, especialmente entre nosotros, de vacuidad, de banalidad. Dije en el Instituto Superior de Arte, y parece que molestó a algunas gentes, que si yo fuera un joven - lo soy, pero si lo fuera de verdad y no necesitara de un andador- el viernes y el sábado estaría en esta calle G con los jóvenes que están ahí.
Vamos a suponer que fuera lo que se supone que sería: un dirigente de la juventud -porque siempre he sido un revolucionario militante-. Yo estaría con los jóvenes allí, luchando por hacerle comprender cosas. No como un catequista ni como un testigo de Jehová, pero luchando, luchando.
Yo creo que lo único que es inadmisible es el endogenismo de las organizaciones políticas. Yo no sé cómo es la organización de ustedes, la Juventud, no la voy a juzgar; pero sé como es la organización mía del Partido -el núcleo quiero decir-. Nos reunirnos nosotros para mirarnos las caras y decirnos no sé qué cosa y nos bajó esto y no subió aquella otra cosa y después nos vamos para la casa y damos por resuelto todo, pero resulta falso. Los revolucionarios o son vanguardia o quieren serlo o no son nada, no son revolucionarios. Y cuál es la tarea de la vanguardia, sumar. La vanguardia es el núcleo estratégico. Es como las Cruzadas, qué hacían entonces, salir a catequizar, a convencer y a sumar gente a las ideas de su congregación. Yo creo que ese es el papel del Partido también. El Partido es una iglesia, es decir, una congregación de mentes que renuncia a parte de su libertad para sumar muchas libertades y dedicarse a una tarea. Eso es lo que tiene que hacer la Juventud y el Partido, sumar y sumar: explicar hasta lo que no tiene explicación; buscar las explicaciones y si no las tiene, confesar “no tengo explicación para esto”. No hay otro camino para dirigir un país y acelerar el proceso de desarrollo hasta el punto que pueda haber bienestar para todos. Defender lo defendible, aceptar lo no defendible y hacerse así querido y respetado.
Puede defenderse el derecho a no ser revolucionario. Lo que no se puede aceptar es la contrarrevolución, porque la contrarrevolución activa es aceptar el suicido. Y la Revolución es una vanguardia queriendo desarrollar un proyecto.
Jesús Arencibia, graduado de Periodismo y profesor de FCOM: 1-En muchos espacios intelectuales, como congreso de la UNEAC, se ha criticado a la prensa y a la educación, pero a veces siento que no se critican a los factores que regulan a la prensa y a la educación. ¿Qué opinión tiene de estos factores reguladores?
Alfredo Guevara: Comenzaré por decirte que creo en el trabajo intelectual, en la formación intelectual rigurosa y no creo en la intelectualidad como un monolito, al menos yo no formo parte de ningún monolito. Yo creo que hay intelectuales revolucionarios, militantes, combatientes; que hay intelectuales respetabilísimos no revolucionarios – con todo derecho a no ser revolucionario-; también creo que hay intelectuales pre-post-castrista, que se están preparando, sutilmente, tal vez casi inconscientemente, para lo que vendrá después. Ellos tienen derecho a pensar que será (lo que vendrá) esto o lo otro, pero creo que la vida ha ido demostrando en los últimos años que, tal vez, van a llegar a una ancianidad más larga que la mía esperando y esperando que el pre sea el post.
Yo tengo una gran confianza de ver todavía un Juventud Rebelde multiplicado por diez. Nunca jamás recomendaré a nadie prudencia; te recomiendo que combatas. Que expresen, que luchen, que acepten correr riesgos. Porque esta vez los riesgos serán de otro carácter, y serán una contribución revolucionaria dentro de la Revolución
Ivet González, graduada de Periodismo, profesora de FCOM: 1-¿Existe en Cuba un conflicto generacional? 2- Si existe, ¿está incidiendo negativamente en esta evolución con vocación socialista?
Alfredo Guevara: Sí hay un conflicto terrible que tienen los jóvenes y los jóvenes como yo también. Es el conflicto que existe entre el inmovilismo, la rutina, la inquietud y el tiempo que pasa. Yo pienso que no es un conflicto generacional, que es un conflicto sin edad.
Nosotros somos parte de la civilización occidental; y el tiempo ha pasado a ser un problema, porque el cristianismo comenzó a dividir la historia en pedacitos. Los marxistas estudiamos el modo de producción asiático, pero también debiéramos estudiar el modo de vida asiático. Yo, por ejemplo, he tenido la tentación -y no lo he hecho- de escribirle a Bruno Rodríguez, recomendándole que en el ISRI, antes de estudiar a Marx, se estudie a Confucio. Porque los chinos no son una persona, ellos son mi bisabuelo, mi padre, yo, mi hijo, mi nieto…el sentido del tiempo no es igual que el nuestro. Ellos pueden incluso sacrificar generaciones para que China sea China. Pero, ¿nosotros seríamos capaces de eso? Ahí está el problema, cómo aplicar la solución China, que funciona. Yo creo que debe haber un jueguito intermedio y que ese sea el que apliquemos, pero no sacrificando generaciones. Ya bastante nos hemos sacrificado nosotros, no digo nosotros que tenemos esta edad, sino todos los que siguen, ustedes.
Jaime, 2º Periodismo: 1-¿Qué nos sugiere para enfrentar esos combates que se nos avecinan? 2-¿Cree usted que los jóvenes de hoy gozamos del mismo protagonismo para desarrollarnos como queremos? 3-¿La sociedad cubana escucha a sus jóvenes?
Alfredo Guevara: Mis profesores me enseñaron mucho, pero lo que más me enseñaron fue a estudiar porque parte del combate es estudiar. Porque el combate es interior también, y hay que enriquecerse permanentemente. Estaré cultivándome hasta el último día y eso es lo que me permite estar con ustedes.
Yo creo que no los escuchamos como debiéramos y que tenemos que aprender -mi generación y la que nos sigue, no hablo en nombre de nadie ni de nada-. Creo que las generaciones mayores tenemos que aprender a hablar con ustedes, aprender de ustedes, a descubrir los nuevos lenguajes, la nueva forma de hablar. Con comunistas- estalinistas no hay modo de comunicarse. Hay que aprender a dialogar con los jóvenes. Yo vengo a esta reunión a aprender, a saber cuáles son las inquietudes de ustedes, a recogerlas para mi alma.
Darío Alejandro, 2º Periodismo: ¿Cómo ve el fenómeno de la era digital en la sociedad cubana?
Alfredo Guevara: Es uno de los problemas más serios que tiene la vanguardia revolucionaria envejecida. En mi escala, yo soy uno de ellos. Igual que los oficiales guerrilleros campesinos no podían con ciertas cosas, yo creo que nuestra generación, nuestro mundo, nuestra vanguardia, no acaba de comprender; no acaba de entrarle a la revolución tecnológica digital que se está produciendo en el mundo.
Cuando empezaron a surgir los blogs, lo dije, pero inútilmente -yo creo que ahora es que empiezan comprender lentamente-, “si surgen 4 blogs contra nosotros, vamos a ser 40 a favor, vamos a hacer 40 aquí 40 allá”. Vamos a llenar el ciberespacio de ideas, pero que no sean las mismas: la repetición es la muerte. Yo estoy creando un sitio digital que se está llamando Nuevo Cine Latinoamericano, que va a ser nuevo cine y todo lo que le dé su real gana; yo quisiera que fuera como un periódico: es un sueño.
Un sitio, teóricamente de cine, pero es que el cine se interrelaciona con todas las demás artes, con las humanidades…Depende del talento de los que me he buscado; tenemos un equipito para meternos en ese mundo. Esa revista vamos a tratar de sacarla en papel, pero no hay papel. No hay papel pero hay ciberespacio, y por ahora está descontroladito, pero nadie sabe lo que puede suceder después…
Profesor de Preparación para la Defensa: Hable sobre la sensibilidad humana de Fidel y Raúl.
Alfredo Guevara: Yo debería negarme a esta pregunta porque son mis hermanos. Yo he estado casi toda mi vida, hasta hace unos años, junto a Fidel. Fidel es un duro de verdad y su coraje es infinito, pero ha sabido conservar algo que Raúl también tiene y ahora se le empieza a descubrir a Raúl. Yo creo que ambos dirigentes han sabido ser duros y han conservado la capacidad de ternura. En el caso de Raúl descubrimos un Raúl que en las fuerzas armadas es duro; que tolera y decapita. Pero con la muerte de Vilma se descubrió ese Raúl familiar. Ternura pero con firmeza.
Rafael 2º Periodismo: 1-Usted hablaba de la creación en la Universidad de grupos de pensamiento y de acción, pero ¿existe algún tipo de desconfianza porque los jóvenes se reúnan para cuestionarse o para intercambiar dudas que tienen? 2-Hay investigadores que han hecho estudios, a los que quizás la alta dirigencia del país no le haya prestado mucha atención y están disgregados por la Universidad o diversos Centros de Estudio, ¿qué opinión tiene al respecto?
Alfredo Guevara: yo no puedo darte una explicación ahora, yo tengo pendiente un encuentro con el Ministro de Educación Superior para conversar de algunas cosas. No estoy sobre el terreno, no puedo juzgar ciertos criterios de la Universidad. Creo -y es una de las cosas que le voy a plantear- que debiéramos usar mejor a los universitarios, a los que están cursando estudios y a los ya graduados, que debiéramos repartirlos en think-tanks; pero de acción también. Yo sé que algunos think-tanks, por ejemplo, los de la agricultura, van a ser muy difícil; hemos destruido una capa de la sociedad.
Recuerdo que Fidel, en un momento, dado me planteó que los institutos técnicos especializados estuvieran cerca de zonas agrícolas importantes, y ¿saben lo que son hoy día?, institutos de estudio de la informática. A quién se le ocurre. Es la informática, la informática, pero dónde están ahora los técnicos de campo para echar a andar la producción agraria. Yo he oído dirigentes que dicen “primero la producción”. Bueno sí, pero cómo. ¿Podremos realmente movilizar de nuevo la agricultura o hacer una agricultura muy de tecnología?
Yo creo que tenemos tantos universitarios…, pero un millón de universitarios no quiere decir un millón de talentos. Pero 750 mil va y tienen algo, 500 mil va y tienen un poquito más, 250 mil ya se siente que valen la pena y 50 mil sirven para hacer una vanguardia. Descubramos, busquemos y desarrollemos esos talentos, igual que en la música, por ejemplo. Yo odio el concepto masividad cuando no está bien pensado, pero sin duda alguna, la masividad repartida regionalmente, por todas partes, saca el talento. Tú me perdonas, pero yo me quedé quizás cortico con esta respuesta.
Adonis 4º Periodismo: 1-Opinión sobre el Congreso de la Juventud, 2-¿Qué pasos con voluntad o sin voluntad hay que dar para que en Cuba la Revolución siga revolucionándose?3-¿Qué opina del trabajo de los medios cubanos en el contexto de la campaña mediática, dado que, me parece, abunda mucho la reacción de los ofendidos y no vemos las ofensas, (para muchos puede ser una campaña fantasma)?
Alfredo Guevara: Primero yo no sé si es por ser un viejuco o por cualquier otra razón pero yo no estuve invitado al Congreso de la Juventud. Yo no sé nada, así que no tengo respuestas.
Campaña mediática: yo escribí una artículo que se titula Noticia y no noticia. Murió Zapata en huelga de hambre, no debió de morir. Si yo hubiera tenido el poder haría lo que se está haciendo con Fariñas, que es un loco; no lo dejo. Ahí empezó la campaña mediática como un acto de “solidaridad, de humanismo”. Pero no sé si sabes esto -porque nuestros medios no publican lo que hay que publicar, no aprovechan las cosas-; murió un estudiante que estuvo preso en una cárcel de Buenos Aires, en huelga de hambre, justo por esos días. La noticia la publicaron en Buenos Aires varios periódicos y ahí se quedó. Yo escogí (en el artículo) una serie de noticias para demostrar cómo las agencias, que son cuatro o cinco, dominadas por monopolios, controlan la circulación de las noticias y deciden qué lo es y qué no lo es. Por qué el muchacho que murió en Buenos Aires no fue utilizado, porque existe una campaña contra los Kirchner; pero en Argentina, Buenos Aires es una especie de distrito federal que tiene sus policías, sus diputados, su justicia y se les murió a ellos, no se le murió a la Kirchner, de lo contrario toda la prensa se hubiera lanzado.
No te voy a decir que me siento encantado con nuestra prensa, pero ya en la prensa alternativa mi artículo está colado en La Jiribilla, en Rebelión…
Yo vi una entrevista en la televisión extranjera en la que estaban directores de grandes periódicos de todo el mundo. La discusión que fui siguiendo consiste en si la prensa en papel tiene perspectiva. La nuestra no sé si tiene perspectiva o no tiene perspectiva, pero por ahora, yo en la Casa del Festival no tengo papel. No hay papel en las imprentas, y ese papel que está imprimiendo el Instituto Cubano del Libro, es el mismo de Granma. Es muy valioso para los ecologistas, pero para los archiveros es una porquería que no tiene nombre. Y los libros que está publicando el ICL no durarán nada. Ojalá que los compradores los leas rápido, porque pronto no habrá libro.
Brenda, 3º Comunicación Social: ¿Qué cree Alfredo Guevara de estos binomios en Cuba hoy: lo mío y lo nuestro, el decir y el hacer, esas zonas de coherencia y también de contradicción?
Alfredo Guevara: Estamos en una crisis que es de carácter político y moral, que tiene muchas facetas. Para mí lo más terrible no es el que se lleva esto o lo otro, lo más terrible es la vacuidad. Lo más terrible es ir caminando por la calle y no saber si la gente con que me cruzo son muertos-vivos o personas reales. Para mí, persona es el que piensa, el que estudia, el que profundiza, el que se plantea problemas, el que sufre. Estamos en tiempos de crisis y queremos superar esos tiempos. Esas cosas que están pasando últimamente: que alguien se apoderan de bienes, revela que el pre-post castrismo no está solo en el alma de algunos intelectuales, sino que anda por muchos lugares. Hay quienes se preparan para un capitalismo -espero que no llegue-, pero no les va a llegar a ellos porque vamos a resistir.
Gallego 5º Periodismo: La institucionalidad parte del cumplimiento de las leyes 1-¿Será posible avanzar hacia una institucionalidad verdaderamente socialista, mientras en nuestro país se desconoce y no se enseña la Constitución, mientras no se haga conocer públicamente el trabajo de la Asamblea Nacional, cuando en nuestra prensa no tiene cabida aún un trabajo como el de Esteban Morales –que considero revolucionario-? 2-¿Esto a qué se debe a la incapacidad de algunas personas que están pensando en otros conceptos o a la acción de esos grupos pre-post castristas que están apalancados en determinados lugares del poder y que no les conviene realmente discusión, que se fiscalice popularmente su acción y su trabajo?
Alfredo Guevara: Yo quisiera tener respuestas. Yo creo que vamos camino de eso más lentamente de lo que yo quisiera; pero que todo lo que se haga, todo lo que se pueda hacer va a depender de algunos procesos extremadamente complejos. He pensado mucho cómo se va a hacer, y no tengo respuestas: pero hay que hacerlo. Está dicho ya públicamente que sobra un millón de personas en el aparato estatal. Ese millón de personas no solo sobra, estorba. Ese millón es el que no deja vivir a la ciudadanía; vas a buscar un permiso en un Ministerio y pasas por tantas manos. Hay una persona que conozco que ya tiene lograda su permuta y tiene que esperar 3 meses, pero si da 500cuc se lo dan al día siguiente. Porque como tienen que vivir porque con 200 o300 pesos no se va a ninguna parte, se ha producido un fenómeno de corrupción generalizada: unos cobran 5 pesos, otros 10, otros 15 y este quiere 500.
Sin dudas que ya se estén planteando tan abiertamente estos problemas, hace pensar que vamos a avanzar. Ojalá que marchen. Muchos estudiantes y profesores de Derecho también se están planteando esta inquietud, y hay personas que debían ser más oídas, pues están planteando el problema no solo en la Constitución, que ya es mucho decir…Esperemos…
Maydelis 4º Periodismo: 1-¿Qué debería modificar el periodismo cubano para lograr un Noticiero como el Noticiero ICAIC Latinoamericano? 2- Ud. habla de una prensa alternativa donde ha publicado varias cosas, pero yo no considero que aquí en Cuba, Internet llegue a la mayoría de los cubanos. Usted es Alfredo Guevara y si usted dice en Juventud Rebelde o en Granma que quiere escribir lo que piensa, no le dirían que no. ¿Por qué no se propone llegar a más cantidad de personas a través de esos medios impresos que todavía existen?
Alfredo Guevara: Voy a empezar por el final, no te hagas ilusiones porque yo no me las hago. Yo he tenido que esperar hasta diez días para que me publiquen algo en un periódico al que mandé un artículo, que finalmente se publicó. Yo no quise utilizar el poder, porque, curiosamente, ese artículo, que demoraron tanto en publicar, lo había leído en mi casa Raúl Castro, y yo no lo dije nunca. Yo los dejé demorarse, los dejé hacerme la vida imposible y ni siquiera cuando me lo publicaron les dije que ese artículo, que les había costado tanto trabajo aprobar, lo había leído originalmente Raúl. No es nada fácil y pronto tendrás que lidiar con el disparate.
Yo creo que para lograr que los noticieros de la imagen se inspiren en ideas como las que dio lugar al Noticiero ICAIC Latinoamericano tendrían que tener un Santiago Álvarez, pero Santiagos Álvarez hay potencialmente, a lo mejor hay algunos entre ustedes. Pero para que ese Santiago Álvarez llegue a poder hacer noticieros tienen que desaparecer todos los estúpidos, todos los imbéciles y todos los ignorantes que ocupan hoy cargos. Hay que luchar por eso.
Mirtha 2º Periodismo: ¿Cuánto hace falta en nuestro discurso revolucionario el arte?
Alfredo Guevara: Pienso que la poesía está en todas partes, está en ti que estás haciendo eses planteamiento y está en muchos. Yo creo que la tarea del intelectual, de ustedes en formación, de los ya formados, es inundar el mundo de belleza, inundar el mundo de poesía, bondad, justicia. Hacer ese pequeño acercamiento que queremos hacer los seres humanos a la verdad.
Gabriel 4º Sociología (Uruguay): ¿Qué estrategias podría tener el sector de la juventud cubana patriótico, pero que está un poquito asqueado de cosas que aparecen diariamente y que conducen a la apatía (decir que las cosas no se resuelven que no se solucionan)…?
Alfredo Guevara: Yo no soy el Papa, tampoco soy miembro del Buró Político, menos aún de la dirección de la Juventud Comunista o de la FEU. Yo sí te puedo decir que en las universidades y las reuniones con los jóvenes siempre me pasa lo que me ha pasado aquí: todo el mundo abierto, diciendo lo que piensa, y yo dando respuestas hasta donde puedo. Los jóvenes me hablan con franqueza, yo les hablo con franqueza. Siempre he planteado que jamás seré yo quien recomiende la prudencia; el que no sea audaz y combativo, allá él. Yo me he pasado la vida luchando. El resto pregúntaselo a los dirigentes de la Juventud, del Buró Político; yo no puedo hablar en nombre de ellos, pero lo único que te puedo contestar es el ejemplo que doy: siempre abierto a discutir con los jóvenes en todas partes.
Miriam Rodríguez, profesora FCOM: En reciente entrevista con el periodista de Holguín, Leandro Estupiñán, usted hablaba de la necesidad de que el movimiento histórico de su generación escribiera sus testimonios sobre determinadas etapas ¿Está usted escribiendo?
Alfredo Guevara: Después que regresé de Europa y tras 10 años dirigiendo de nuevo el ICAIC, yo le pedí a Fidel que me liberara -aseguro que era liberación de verdad- y el argumento era que los últimos años yo los quería dedicar a escribir. Es decir, dirigir el Festival, tratar de construir una especie de Cinemateca digital de cine latinoamericano -que lo estoy haciendo- y escribir. Acá he publicado cinco libros; tengo la suerte de tener una editorial española que me financia y la condición que pongo es que la mitad de la edición para España, y que la vendan en euros, y la otra mitad para Cuba. Seguramente algunas cosas serán publicables después de… más tarde digamos. Pero prácticamente todo se está publicando…, pero voy a seguir así en los días que me quedan, menos tiempo que a ustedes, pero les aseguro que los voy a aprovechar muy bien.
Impresiones del encuentro
Alfredo Guevara: Yo la paso bien siempre que estoy con jóvenes, yo lo que no quiero es una reunión de viejucos, el viejuco soy yo. Entonces siempre que esté rodeado de jóvenes estoy feliz y siempre que sean francos conmigo y me permitan ser francos con ellos… bueno es lo poquito que puedo dar y es lo que doy.
Foto: Cuba - Alfredo Guevara. / Autor: CUBADEBATE
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
IMPORTANTE: Este es un espacio de participación de usuarios.
Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los usuarios y no reflejan la opinión de FMCiudad1059. Para garantizar el funcionamiento apropiado de los foros, que impida la usurpación de la identidad de los usuarios, le pedimos que complete estos datos.
El equipo de redacción revisará las opiniones para evitar la difusion de comentarios no apropiados o insultos. Enviar un comentario implica la aceptación del Reglamento