LA PLAZA

Micro historias de Trujui                                                                              

LA PLAZA

Había una vez, una hectárea de tierra "casi" libre en medio de un populoso barrio. Era el lugar perfecto para construir una plaza. Mas de un vecino, de aquellos que gustan ver a los pibes corriendo al sol, le habían puesto el ojo. Pero el "casi" libre de mas arriba, es porque el lugar estaba ocupado por una especie de obrador de una pujante cooperativa local, aquella que había impulsado la construcción del asfalto en muchos barrios de la zona.

Muy respetada por haber hecho de la solidaridad una bandera, en una época donde la única bandera permitida era de color verde oliva con una inscripción invisible que decía "no te metas porque desapareces......" (sigue...)

La cuestión de la plaza se fue reflotando cada vez que los vecinos se encontraban o reunían por uno u otro motivo.

Como siempre, la iniciativa la llevaban entre dos o tres de ellos. Hasta que llego un día en donde lamentablemente, la gente que había hecho tanto bien a los barrios, tuvo que interrumpir su labor debido a los problemas por los que atravesaba el país.

Allí estaba: una manzana enterita, ahora semi abandonada , esperando que alguien se decidiera a trabajar para ponerla a punto. Idas y vueltas, pitos y flautas, bombos y cornetas hasta que un buen día se produjo la inauguración tan esperada por los vecinos. Una pinturita quedo la plaza.

Los pibes corrían como si los hubieran tenido atados todo el día. El sudor, les hacia brillar la frente y el sol les pintaba las mejillas de rojo. Los poquitos juegos que había, no alcanzaban a cubrir la demanda, y los purretes hacían cola para aprovecharlos al máximo. Por supuesto que no faltaron las rodillas raspadas y las narices  peladas por algún tropezón inesperado. Así transcurrían los días . Apaciblemente, mientras los vecinos que habían estado trabajando en el mantenimiento de la plaza, (pintura de los juegos, cortar el pasto etc...)se empezaban a preocupar porque comenzaron a ver a algunos muchachotes que se acercaban por la noche. Algunos se dedicaban a patear una redonda, pero otros, lamentablemente no tenían actividades tan deportivas. Primero fue un vecino que llegaba de su trabajo muy tarde, tipo 22 hs.

Le pidieron para la "birra". Después fue una señora que acertó a pasar rumbo a su casa, caminando, porque no le alcanzaba para pagarse el boleto del único colectivo que entraba al barrio. Eran tiempos muy duros. Le arrebataron la cartera, haciéndola caer y golpeándose contra el piso. La cosa ya pasaba de castaño oscuro. De día la cosa no mejoraba mucho que digamos ya que mezclados con los pibes, se juntaban los muchachos mas grandes.

Aquellos que estaban creciendo en una sociedad que los marginaba por ser pobres, y ni siquiera podían (a veces no querían..) concurrir a algún colegio secundario de la zona. Muchachos que se iban formando mientras escuchaban decir "en este país hay que dejarse de robar por dos años y salimos adelante" o lo que podría ser peor "acá nadie hace plata laburando", frases que dejo escapar con toda su ignorancia a cuestas el "profeta" Luis Barrionuevo, encumbrado gremialista argentino.

Y hablando de ignorancias, uno se pone a analizar quien es mas ignorante.

Porque los pibes no conocerán mucho de matemáticas ni de historia, no podrán conjugar un verbo, pero si nos ponemos a analizar el hecho de que a nosotros que estudiamos--porque esa era la consigna de la época—nos afanaron como ya sabemos, no conseguimos el laburo para el cual nos preparamos, habría que ver si no quedamos parejos en lo que respecta a sobrevivencia, no?... Estoy seguro que en esta época, ellos sabrán defenderse mejor que nosotros ante las circunstancias de la vida. Pero la cuestión principal es que comenzaron las diferencias entre dos grupos bien definidos. Cuentan las lenguas (en este caso ni buenas ni malas) que todo se fue enturbiando de a poquito cuando los pibes se quedaban jugando hasta muy entrada la noche, y algunos vecinos se quejaban de los ruidos y gritos que no los dejaban dormir tranquilos.

Un vecino que sale y les pide que se "dejen de joder che, que mañana hay que laburar", los pibes que  contestan mal ....

Y ya tenemos un conflicto en puerta. Nunca falta algún candidato que les "hace la cabeza" a los pibes y les dice que "¡ustedes también tienen derechos, a ustedes los tienen que dejar jugar, y si no los dejan rompan todo, total no los pueden tocar porque son menores!!!"

Y los pibes, que a esa edad tienen ganas de romper todo para demostrar su "machismo" y su rebeldía, quiebran los arbolitos que estaban creciendo, dañan los juegos, insultan al empleado municipal que colocaba unos tachos de basura, porque nadie les dijo (y mucho menos el candidato) que esa es la plaza de todos los chicos y grandes del barrio, porque la pagaron entre todos, por mas que la haya construido el municipio. 

"A estos guachos te dan ganas de matarlos, no respetan nada estos faloperitos de mierda!!!". ¡Que chabon careta este, lo vamo´hacer pelota". Y algún insulto grueso, y una piedra que vuela, y un vecino que sale armado.

"¡¡Tiró para asustarlos un poco oficial..."!! y el pibe de tres años, sobrino del que disparó, que no lo dejaba ir a la plaza porque estaban los "grandotes boludos esos",sigue tirado en el piso, con su frente agujereada y un pequeño chorrito de sangre manchando su cara de angelito.

Su tío, el que discutía con los muchachotes, salió recaliente de su casa con el arma lista para "asustar". Les apunto a los pibes de la plaza, que se desparramaron por el piso del miedo mientras les gritaba "tómenselas porque los voy a cagar a tiros, pendejos de mierda!!!" . Y se dio vuelta y disparo contra la montaña de tierra que había en la puerta de su casa, pero no se dio cuenta de que justo en ese lugar estaba el chiquito, hijo de su hermana.

Murió enseguida, no sufrió ni un segundo el pobrecito. Fue a caer justo a los pies de su tío, el asesino (involuntario, pero asesino al fin), y ahí quedo hasta que llego la policía y todo eso....

*Nota: la mitad de esta historia es casi real. El final, fue solo imaginar la intolerancia en acción. Ocurrió en la plaza de cualquier barrio de Trujui.

  DANIEL R. GRASSO

  

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